Muy pocas veces me cuesta dar una respuesta. Pero pasó. Esta vez con Estevanez. (“Yo hago publicidad con rima” me dijo hace años un promotor de Radio Caravana…).
Un lector me puso ante el challenge: ¿Qué te pareció el comercial de Naldo?
Juro que por un momento me dio un Prat Gay. No sé, no sé, no sé, no sé… Es que lo vi como 8 veces y aún no logro captar el mensaje, si es que lo tiene…
¿Vos lo entendés?
Y el Razzie al mejor guion del año es para…
Sebas hace de vendedor de salón. (Bue, después de ver al intendente haciendo de ciego por la esquina de Naldo, cualquier actuación es para la Copa Volpi…).
Atiende a una abuelita (viejo sin PAMI & hippy con OSDE, así está el mundo…). De repente, se sorprende por una clienta que entra al local y se pone a ver un producto. Él la mira como Marcos a la Zampini cuando se presentó para el puesto de chofer.
El jefe trata de calmarle la ansiedad ante la ¿ignota? diosa. Acto seguido, resulta que se conocían!!!. Su «dulce amor» le da un beso con intenciones de llevárselo “pa’ las casa”.
De tan lineal (apelaron a la relación real del actor y la modelo juninense) es increíblemente confuso.
Preguntas:
1- ¿Era una clienta nueva y fue amor a primera vista?
2- ¿Era su mujer y él sigue obnubilado como el día que la vio por primera vez?
Lo concreto es que Estevanez toma a su chica de la mano y encara la puerta por Sáenz Peña previo acuse de celos al atónito jefe.
Más preguntas inevitables:
1- ¿Se va para no volver?. O sea… ¿deja el laburo por amor y entonces se da el lujo de sobrar/dejar pagando a su superior?
2- ¿Pasa la Navidad/Luna de miel y luego vuelve a Naldo para seguir poniendo en ridículo al superior adelante de todos?.
Yo creo que hasta Alberto Migré hubiera escrito un libreto más realista.
Capaz, podemos pensar, se inspiraron en el banco Supervielle que dice que lo importante pasa afuera (por eso los tortolitos eligen la vida Naldo extramuros…). Pero no. Creo que no amerita análisis. Es el típico recurso del «famoso por el famoso mismo», o sea, lo que comenté hace poco en el caso de Arlequín con Marley. Importa la cara conocida y no la estrategia de la marca. Menos, el guion, la narrativa, los textos…
Me recuerda mucho a los programas de los 80, donde el hombre se boludizaba por la mina y… ahí terminaba el “chiste”.
O la histórica publicidad de Durax donde Jorge Martínez personificaba al vendedor canchero que rompía los platos y la perimetral de Raquelita que le paraba la mano…
“Soy un león vendiendo Durax”, se jactaba. “Sí, pero la manito no”, le decía su jefe ortiva.
Algo que no se puede dejar de advertir es lo contraproducente del mensaje.
Clarito: pone en rol de nabo al encargado de salón. (Lo hace el primo de Estevanez, el que tenía un bolo de barman en la novela de Telefé).
Es el típico gordito sin inteligencia, sin autoridad, sin humor, sin complicidad… Lejos de ser gracioso, no deja bien parada a la empresa/marca mostrar un perfil así entre sus puestos gerenciales de atención al cliente. La asociación (llamala espontánea, inconsciente, subliminal) puede ser Naldo=jefe gilún.
El el otro extremo de Rogelio Roldán, el vapuleado empleado de Olmedo que hacía horario de 0 a 24 y le pedían horas extras… “Y no me venga con el contrato sin firmaaaar”, le decía el jefe alemán que cada 2 minutos lo estrolaba contra la pared, en lo que hoy sería una escandalosa apología del mobbing.
De Fantino al nene de Tinelli…
Hace 2 meses me hicieron una pregunta parecida:
¿Te gustó la publicidad de Naldo para el Día de la Madre?
En ese caso dije: Seeeeeeee
La comunicación de Naldo casi siempre me parece llana/obvia (la fiesta de precios que todavía “no se le ocurrió” a nadie…) o inconsistente (ej: los padres que corrían desaforados hasta en pijama hacia el local para conseguir lo mismo que se consigue online o en cualquier otra casa de electrodomésticos…).
Pero esta vez, me rendí a la criatura…
Naldo fue rápido de reflejos y contrató a Enoc, el pequeño folklorista peinado a la gomina que fue uno de los hallazgos del año de Tinelli.
Es bastante plomito pobechito, pero resultó muy pintoresco para la ocasión. Las mamis estuvieron encantadas con la ternura y la chispa del pibe.
No había una historia para contar. Era, de nuevo, el recurso básico: el famoso que elige el producto/empresa porque sí nomás.
Pero en este caso, repito, me cayó simpático. Enoc quedó divino en los afiches de vía pública, esos que se pegan en las chapas de las obras en construcción con el permiso de… ahhh.
La publicidad masiva aún sigue funcionando en este tipo de negocios transversales (variedad de rubros y públicos) y en ciudades como la nuestra, donde lo ponés a la salida del único teatro que hay, y lo ve todo Junín y más.
Ahooooora…. que en el microclima publicitario del interior todavía se prioricen los formatos de hace 30 años no excluye el avance fenomenal de las redes sociales. Más precisamente, la necesidad de estar a la altura de un consumidor híper demandante y empoderado al que hay que atender “uno a uno” y (preferentemente) en tiempo real.
Voy al paquete: para capturar las imágenes de esta nota entré a la fanpage de Naldo Digital.
El Día de la Madre promocionaron hasta el backstage del comercial. OK, es colorido ver cómo maquillan a Enoc. Pero mucho más importante debe ser contestar los reclamos de consumidores decepcionados porque no les anda el producto que compraron.
Decenas de estos casos. Incluso algunos dicen que tampoco les responden por mail, que les borran los mensajes críticos, los bicicletean por teléfono o que nadie se hace cargo en las sucursales.
Es más productivo (efectivo=rentable) invertir en un mejor servicio posventa que en el cachet de cualquier testimonial de ocasión.
Naldo tiene gran cantidad de comentarios y quejas sin respuesta y a los clientes siempre se les debe contestar.
Está bárbaro que las chuchis con el hormonazo se desmayen por Estevanez o digan «Yo quiero ese Papá Noel, si me atiende ese bombonazo voy ya», etc. El tema es que si se reduce a eso o no se sostiene con un servicio excelente en la línea de fuego (vendedores) y en la post venta, dudo que haga retornar un solo peso de la inversión farandulera.
¿Entonces?. Bue, no me pidas ideas un 24 con 2 botellas encima de la sidra de Moreno a $ 3 que me quedó de la besaaada hedeeencia, hiiip.
Para mí, y ya que es un nombre «bíblico de la Biblia» (dijo el embajador de los salamines tandilenses) esta Navidad daba para un comeback de Enoc. ¿O no?.
Seeeeeeeeeeeee
Hola Vero, cómo estás?… descubrí tu página a través de otra Vero (Vero Pratti) y la estoy recorriendo. Fascinante este mundo de la publicidad, de la comunicación y su lenguaje.
«Me hice cargo» en este post de la pregunta que dejas picando. Se me ocurrió que -tal vez- se trate de una transferencia de status; es decir, utilizar a una persona con «prestigio» en un área para que lo traslade a otra.
Hola Pedro!
Qué bueno, bienvenido!!
Ojalá en estos tiempos fuera tan simple la comunicación comercial… La gente cree cada vez menos en todo,
ni hablar en testimoniales donde, a priori, se sabe que sólo hace el aviso por trabajo y no porque le guste
o use el producto/servicio.
Otro tema es que la figura (y no son pocos los casos) puede «comerse» el aviso. Es decir, el público termina
recordando al artista pero no qué marca auspiciaba y mucho menos con qué mensaje.
Lo que planteo en esta nota se centra básicamente en el uso de una cara conocida sin más sustento que eso, su propia fama,
incluso con un guion contraproducente para la imagen de la empresa.
Gracias por tu aporte!
Saludos!
Vero