VIDEO EXCLUSIVO
(Es increíble escuchar cómo un ex funcionario del gobierno admite la naturalización de la mentira como herramienta electoral y… no pasa nada!. No hay sanción para nadie.)
Todos hablan del dólar imparable y la caída del peso. Pero la cuestión arranca mucho antes.
Es la palabra la que perdió valor y ahí está el punto de partida de lo que hoy tratan de explicar los economistas. Estoy convencida que esa es la causa de todos los males que vienen como consecuencia natural y previsible de una comunicación superficial y mentirosa.
Como dijo Macri, es cierto que la sociedad debe madurar. ¿Para aprender a gastar menos?. Seguramente. Pero antes, como primer e imprescindible paso, los que votan deberían saber escuchar y hacer valer todo lo que se dice en campaña, para que los políticos se hagan cargo de sus promesas y tengan sanción si no las cumplen. Sólo así, quizás, Argentina pueda empezar a soñar con, algún día, recuperar un poooco de normalidad.
Los que me siguen saben que no fui, soy ni seré de ningún partido político. Pero soy comunicadora y sé el peso que tienen las palabras que se dicen y las consecuencias que deben (deberían) tener las cosas que faltan a la verdad.
Hasta al champú Tío Nacho le cobran multas millonarias cuando promete un resultado sobre el cual no existe evidencia científica. Literalmente, le hacen pagar caro cuando no puede demostrar su capacidad para lograrlo.
¿Por qué debería ser distinto para un gobierno?. ¿Por qué debería “perdonarse” la mentira de un presidente que tiene a su cargo parte de la vida de 44 millones de argentinos?.
Dicho de otro modo. Un champú mentiroso, cuanto mucho, hace que se le caiga el pelo (el mismo que se le iba a caer por la ley de gravedad) al que lo compró sin obligación alguna. Pero un gobierno mentiroso tiene efectos nefastas sobre niños, abuelos y cualquier persona que pueda padecer los problemas en el sistema de salud, educación, transporte, etc. Esto, aunque no lo haya ni votado.
Entonces…
Me opongo terminantemente a la irracionalidad del “dejarlo pasar como normal”, (total, todos los políticos lo hacen…), a este delirio que no puede encontrar otro defensor que no sea un cómplice.
Robarse medio país es tan perverso como robar el poder en base a engaños para seguir devastándolo desde el plan de garketing más idiota de la historia. Desde ya que es otra dimensión y penalidad del delito, pero el grado de hipocresía y negación es igualito.
En el video en formato podcast vas a ver ejemplos con los que siempre me quedo corta… Es que la estrategia de los amarillos es muy obvia. Se ve mucho la costura.
Ahora dicen “basta de soluciones mágicas” cuando fueron ellos mismos los que prometieron “pobreza cero” en un país saqueado y con una herencia de más de 30% de pobreza estructural.
Ahora dicen “no podemos gastar más de lo que generamos” cuando fueron ellos los que desde el primer día aumentaron los ministerios, inventaron cargos inútiles y hasta gastan 200 millones por mes en su delictiva y patética red de trolls.
Ahora dicen “la gente no puede pedir flan porque la casa estaba incendiada”, cuando ellos mismos prometieron que íbamos a comer flan con crema ya que íbamos a vivir mejor y hasta con alegría porque juntos sí se puede!.
Ahora hablan de recuperar confianza y credibilidad cuando nunca pidieron una disculpa por las promesas no cumplidas que quedaron en evidencia como meros espejitos electorales.
Como dice el Dr. Manes (que para variar, Cambiemos usa sólo para la foto) lo que nos diferencia de los países serios es la sanción social. Coincido. Mientras no tomemos conciencia de la gravedad de celebrar el reino del revés, no tenemos salida.
Pero además de la condena posterior, los candidatos deberían pasar un filtro al postularse, tal como ocurre en cualquier trabajo donde te miden la aptitud. Sin esto, o sea, tal como pasa hasta ahora, se trata de otra irracionalidad.
¿Quién definió que para atender un call center de un banco alguien debe superar una batería de tests psicológicos y para ser el “piloto de tormentas” de un país en caos basta con que su paracaídas tenga más colores que los del resto?.
CONCLUSIÓN:
De ningún modo acepto que una mentira “pase” como normal. Mucho menos, que un relato se dé vuelta con total hipocresía para justificar o no asumir lo propio. Ej: según al último discurso del presidente (si eso se puede llamar discurso) no sólo el contexto mundial sino hasta los ciudadanos son ahora los culpables por no colaborar o no acompañar con el esfuerzo…
No perdono que usen la palabra Marketing para definir un plan hueco cuyo fin es la manipulación de una masa superficial y distraída.
No banco jamás la decadencia.
Me cansé. Me enojé. ¿A quién le importa?. No me importa. Sólo me propongo dejar testimonio perpetuo en las redes de una oportunidad histórica que otra vez perdimos.
#BastaDeMentiras #FinDelRelato