Ya no sé cuál campaña me indigesta más. Si el nuevo brebaje carbonatado del Chaqueño o la última (literal) expedición nubepedosa de Macri.
Cuando en 24 años (de profesión) creí haberlo visto todo, aparecen en simultáneo estos lanzamientos. ¿Casualidad?. Para mí que no. El universo conecta lo que vibra en la misma frecuencia. (No digas que hasta acá no estoy siendo elegante…).
Cuestión que arrancó la Marcha del “Sí se puede”. En principio, una consigna que no tiene nada que envidiarle al “Vamos Manos” de la cola más argentina de todas. Eso sí, mientras don Oscar Esperanza se lo dice a una botellita de polietileno tereftalato, Macri recluta su tropa al reverendo flato. Porque en serio pregunto: ¿de verdad alguien piensa que se puede revertir el resultado de las PASO?. Y bueno, una vez muchos también pensaron que un jamaiquino iba a poner un Disney en San Pedro…
Aquí entonces, una nota que cruza las dos campañas nacionales que más vergüenza ajena me dieron en los últimos tiempos…
«Vamos Manos» y «Sí se puede»…
Empecemos analizando ambos slogans.
Los dos son arengas genéricas que van tanto para un vestuario de fútbol como para un enfermo que se está poniendo el camisolín de quirófano. Un deseo de voluntad expandido al universo!. No dicen absolutamente nada del qué, cómo, dónde o cuándo que debe responder una marca en pos de cumplir con su promesa o propósito.
En el caso de “Vamos Manaos” hay cero conexión con el producto referido. Darle ánimo a una gaseosa es un sinsentido que, de última, hace que te rías o nunca se te ocurra comprarla por efecto del call to action.
En el caso del “Sí se puede” pasa algo similar. El claim no sintetiza ni refleja en absoluto la gestión Macri. Por el contrario, lo que intenta ser un grito patriótico/épico/revolucionario es lisa y llanamente una evidencia de la disociación con la realidad que tiene el presidente.
Y voy más allá con el análisis. Reafirmar un “Sí se puede” cuando es más que obvio que NO SE PUDO tiene encuadre patológico. Un trastorno narcisista como mínimo, con fantasías de éxito y expectativas irracionales.
¿De verdad Macri creerá que más de 50% de inflación, 35% de pobreza, más de 10% de desempleo, endeudamiento histórico y caída dramática de los principales índices económicos (entre otros “logros”) es haber resuelto o dominado los problemas?.
Además, si en 4 años empeoró la crisis ¿por qué se supone que ahora va a poder?. “Es un sueño que lleva tiempo”, dice con la pretensión de seguir vendiendo in eternum espejitos de colores.
La política es hacer, no decretar aspiraciones vagas de manual de autoayuda. Un gobierno debe dedicarse a las soluciones concretas en el plano real, no a utopías multiplicadas por las redes sociales.
A gusto del consumidor…
Si hablamos de coherencia entre mensaje y receptor, no tengo dudas que Macri le gana a Manaos.
Veamos…
En 2005, la primera publicidad de Manos fue tan disruptiva que se instaló como tema de debate y burla nacional. Casi como el gerente mundialista de Noblex pero con el plus estigmatizante de ser una segunda marca producida en el conurbano.
Un producto tan bizarro que hasta costaba creérselo a figuras populares como el tano Ranni, Palermo o el flaco Traverso. Ni hablar de linkear Manaos con Adolfo Cambiaso, polista afín a eventos de elite y marcas premium como La Dolfina. Sin embargo, los dueños de la marca insistían en que Manaos tenía una calidad compatible con Cambiaso y que incluso le había encantado tomarla durante la grabación del spot. Lo cierto es que encontrar una Manaos en la no frost inverter de María Vázquez es menos probable a que su luz interna sea la del túnel de Michetti.
En cuanto al Chaqueño Palavecino, si bien es un personaje popular, resulta muy raro imaginarse a la Manaos Uva como una captura cotidiana de un «gaucho» de pura cepa…
O sea, Manaos no eligió a los voceros oportunos como transmisores de un testimonio creíble. Es más, aún hoy le pifia feo poniendo el PNT en el almuerzo de Mirtha. Ver la botella en la mesa de la diva es tan convincente como si Cunnington metiera un chivo en el escritorio de Susana al lado del retrato de Rita Hayworth.
Toda marca tiene un target y la comunicación está (debe estarlo) dirigida a él, en sincro con su naturaleza.
En el caso de Macri pasa al revés. La estrategia de segmentación de Cambiemos es lo único acertado del relato. El tipo de lenguaje, plagado de frases hechas, superficiales y voluntaristas, encaja con lo más representativo de su núcleo duro.
Macri le habla a quien se identifica con un modelo sectario, negando lo que pasa a su alrededor (ej: «la elección no sucedió, no hay pobres, no trabaja el que no quiere, vamos por el camino correcto», etc). Sólo así se puede entender que los “defensores del cambio” salgan en caravana en medio de semejante debacle sin que les haga ruido ni el motor.
Por eso, en las barrancas de Belgrano se vieron pancartas enarbolando la «División de poderes» (cuando, ni bien asumió, Macri quiso nombrar dos jueces de la corte por decreto…), «Los valores no se negocian» (creen que es honesto cuando sacó un decreto para permitir el blanqueo de sus familiares…) y «Por la República» (estamos en democracia pero para ellos sólo vale el voto de quienes eligen a Macri, el resto es antipatria o dictadura…). Hasta el más irreal de todos, como «No vuelven más». Seguir repitiendo esto después de perder por 16 puntos con los K y cuando las encuestas aumentan ese número a 20 es de una ingenuidad infantil muy poco saludable.
En términos discursivos, la marcha es un amplificador de falacias que caen, como siempre, por el propio peso de la realidad. Recién el 28 de octubre, quizás ni tampoco, se den cuenta que se trató de un simple deseo alimentado por el odio al contrario (o por intereses personales y/o económicos).
Subí que te llevo… hasta el final (literal)
En plena Emergencia Alimentaria, con más del 55% de inflación, 35 % de pobreza, más del 10% de desempleo, el corte de chorro del Fondo, y casi en default… al tipo se le ocurre… una MARCHA AUTO MOTIVANTE!!!. Y encima los fans creen que están «haciendo patria» al apoyar un modelo de país con estos datos inmorales…
El país se cae a pedazos y… ¿salen de caravana para que esto siga así?. De nuevo: ¿creen que vamos por el camino correcto?.
Es una visión sesgada, incompleta, recortada a conveniencia o por falta de empatía. Es más, lo que Macri te da vuelta es el problema. No es que él NO VE lo mal que estamos. Somos nosotros los que no vemos lo cerca que está el país que tanto prometió… Por Dios, qué «precariedad» ética (¿o intelectual?).

Macri ve la Argentina desde el tren Mitre, desde Olivos a Belgrano (literal). Encima dice «Yo voy» como si se tratara de una caravana con la barra de la peña a la Bombonera…
Hacer una caravana con pretensiones festivas en medio de tremendo escenario es una provocación. Incluso un insulto a quienes sí creemos en el INDEC que ellos mismos ponderan pero niegan… (de estas actitudes «esquizo» hay decenas…).
Caravana hacen los que ganan (ej: un equipo de fútbol) o los que están contentos (ej: los festejantes del 24 o el 31). Ninguna de las situaciones refleja la realidad macrista.
EL LUGAR, todo un símbolo:
La marcha arrancó en Barrancas de Belgrano, como debe ser para estar con gente como uno…
Macri quiere / le urge sumar más votos (necesita más de 2 millones!) pero refuerza el ombliguismo. Es un estratega increíble!. Lo lógico sería ir a captar votos al conurbano donde perdieron por 30 puntos.
Y le manda un «los escuché» al público cautivo, cuando al que tiene que escuchar es al que no lo votó!!! (como dijo cuando se «arrepintió de la conferencia post PASO). O sea, a la clase media y baja que no estaba en Barrancas. Bueno che, se aprendió la frase y le sale donde le sale…
En fin. Una caravana para aplaudirse entre ellos mismos o convencer a los ya convencidos. De nuevo, propio del trastorno narcisista, del que sólo puede ser comprendido por, y sólo debería asociarse con, otras personas especiales o de alto estatus (lo dice hasta la Wiki…).
El influencer de la tilinguería virtual…
El presidente se encargó de lanzar la campaña y convocar desde su cuenta personal de Twitter. Los textos serían muy graciosos si no fuera que están firmados por la máxima autoridad de una nación. El caso ameritaría una “Conadep” para encontrar a los asesores o autores de tremendo sacrilegio a la comunicación institucional. Te juro!
Veamos…

No sé, para revertir la paliza (que le dieron y le darán), imagino una Perestroika como mínimo. Un plan que cambie drásticamente este presente. Pero no!. Faltaba más!. Con poderoso e influyente Macri se refiere a una gira despedida a lo Gieco y Santaolalla. Pero ni siquiera de Ushuaia a La Quiaca. Sólo en los corrales donde aún pueda arriar el ganado sin mayores inconvenientes… ¿Junín por ejemplo?.

Quiénes son: ya lo sabemos. Y qué vinieron a hacer quedó clarísimo. Justo por eso no junta los votos para ganar…
Cuántos son: también se sabe: Poco más del 32% del padrón según las PASO. No alcanza…
Cuánto quieren lo que quieren: parece que no se enteró todavía. Las elecciones se ganan con votos, no con intensidad de convicciones o caprichos.
Hasta qué punto están dispuestos a luchar: según Lilita, hasta que los saquen muertos de Olivos. Los otros (funcionarios y seguidores), hasta hacer el ridículo repitiendo cosas que jamás pasarán…
En el palco barranquero, reforzó el encargo: «Salgan a convencer de que otro país es posible!!». Sí obvio, existen Canadá, Australia, Alemania, Finlandia… Es posible, pero está clarísimo que no es hacia donde vamos con 35 % de pobres, 55 de inflación, 2000 y pico de riesgo país, y lo repetido hasta que lo aprendan…
Juntar, amuchar, evangelizar y MANIPULAR es el único objetivo de este desesperado recurso electoral llamado MARCHA DEL SÍ SE PUEDE.
Pedir una cadena de persuasión onda telar de la abundancia es, entre otras cosas, una INCOHERENCIA. En una República Democrática (como tanto dicen defender a lo Brandoni), lo lógico es que cada cual tenga sus capacidades para analizar, sus motivos, argumentos, creencias y decisiones a la hora de votar. Y que el otro las respete.
Eso de “influí, convencé, insistí, traé”… es propio de puntero, de clientelismo y todo lo que dicen repeler de la política populista. Me pregunto: ¿cuál sería la diferencia con los bondis choripaneros que llegan para los actos K?. ¿Que éstas son camios de alta gama y que los ocupantes se pagan solitos el latte en el Starbucks del túnel de Libertador?.
En esencia, ninguna diferencia. Dos caras del mismo fanatismo…

De nuevo, un Jefe de Estado pidiendo viralidad («whatsappeá, arrobá, etiquetá») para lograr una reelección cual millennial que junta likes para un concurso de memes, es incalificable…
Sólo a un chico se le puede ocurrir que el recurso para revertir la catástrofe es compartir fotitos y stories para provocar un contagio masivo de votantes.
Macri no perdió porque la gente no sabe quién, qué valores dice fomentar, porque su gente no fiscalizó (no hubo fraude) ni porque estaban dormidos (32% era todo lo que había…). Macri perdió porque la mayoría ya no le cree, porque muchos que lo votaron se decepcionaron y le tienen bronca, porque un alto porcentaje votó con la heladera, porque no come asfalto, porque se cansó de las mentiras de campaña, porque NO DA MÁS de aguantar para estar cada vez peor.

Por más que suban clones o paraguayos sin papeles a la Hummer del Chaqueño, YA ESTÁ. No hay marcha que alcance para el milagro. Y creo que, lejos de tener la astucia para retirarse dignamente, Macri está al borde de terminar como uva en vino patero…
En fin… Sólo un tipo necio o muy papanatas puede tener este tipo de ideas y discurso. O insisto, muuuy mal asesorado por consultores de Garketing. A propósito ¿por qué no fue Durán Barba a la marcha?.
Ahh. De los delirios de Lilita justificando el «esfuerzo» (por no decir el hambre) con una cuestión de Dios, no me voy a ocupar para no verme tentada a publicar sin filtro…
Una sugerencia constructiva…
Es bastante común que el que no puede ver esto como un análisis comunicacional salga con el planteo trillado de “en vez de criticar por qué no aportás una idea”. Como si el sólo hecho de ser ciudadana no me habilitara para decir lo que pienso, sin ninguna obligación de dar ideas porque para eso están los que se postularon, están en un cargo y cobran por la tarea…
Pero como publicista generosa, voy a terminar esta extensa proclama con una propuesta que sería de enorme utilidad social para todo el territorio nacional.
En vez de quemar combustible en una acción absolutamente frívola y estéril, los fans macristas con 4 x 4 podrían sumarse a la Caravana Solidaria de Bridgestone. Eso sí se puede y miles de niños lo agradecerían.
Ampliemos. Desde hace 10 años, la compañía de neumáticos más grande del mundo organiza una acción (con las camionetas de clientes y voluntarios) para llevar alimentos y todo tipo de asistencia a las escuelas rurales de Argentina. Hay más de 15 mil a lo largo de todo el país con niños que caminan hasta cinco kilómetros para llegar, no sólo para estudiar sino para comer y, a veces, también dormir. Asumiendo el compromiso con esa realidad, la Caravana Solidaria Bridgestone ya recorrió 26 mil kilómetros y acercó 83 toneladas de donaciones a 50 escuelas en las provincias de Misiones, Corrientes, Salta, Jujuy, Mendoza, Catamarca y La Rioja.
En la próxima edición, que ya van a estar sin la presión de compartir mandatos prefabricados por redes sociales, sería muy interesante que se sumen!!!.
CONCLUSIÓN:
A Manos le puede ir bien porque en el mercado local no se fabrica Fanta Uva. O sea, no tiene competencia.
A Macri le puede ir como al presidente que ya perdió por 17 y va perder por 20 contra el pasado K. El “detalle” es que no se enteró que ese presidente es él…
El Chaqueño dice que nadie le va a creer que está tomando gaseosa. Y Macri se cree solito que puede transformar la Manos Uva de las PASO en un espumoso Martini grape. Pero lo que se va a tomar es el palo el 10 de diciembre (o antes…).