La sensación general es que no sirven. Algunos se quejan de que en este formato de debate argento no se desarrollan propuestas. Otros, de que no hay repreguntas de moderadores ni intercambios entre los candidatos. También cuestionan si influyen o no en la decisión final. La UBA midió la intención de voto pero según parece, nada mueve la tendencia de las PASO.
 

 
A mí sólo me confirma una duda inicial: ¿cinismo o idiotismo?. Y me refiero a Macri, porque de los K puedo pensar cualquieeer cosa, menos que lo hacen por ingenuos o carentes de habilidades…

Por enésima vez me pregunto: ¿Macri es o se hace?. ¿De verdad se cree el discurso falaz y tilingo que le arma Peña con Durán Barba?.
 

Veamos algunos ejemplos de anoche:
Mal asesorado hasta en la A del ABC de oratoria, se presentó sin decir ni «Hola» o «Buenas noches»
De entrada, y desde lo lingüístico (con perdón de la palabra tratándose de Macri) mostró una contradicción básica. En 2015 había prometido unir a los argentinos y Vidal dice que el futuro es “sin grieta”, pero en el debate se enfocó todo el tiempo en decir “ELLOS” y en separar a los bandos como “muy distintos”. O sea, los que lo votan a él son los argentinos pacíficos y con valores que defienden la república. Y los que no lo votan, serían… ¿energúmenos? ¿ciudadanos sin valores? ¿ciudadanos que quieren vivir en dictadura?. Una falacia que sólo muestra el odio de clase en el que se sostiene Cambiemos desde su origen.
Y después, el despliegue automático del versito de pastor modo Piñón Fijo de la campaña. Con enunciados disociados de la realidad y las prioridades de un país en emergencia. Ej: le tiraban el dardo de la indigencia y el hambre y él salía con la fibra óptica o los que pudieron viajar por primera vez en avión…
Lo más patético es que no se hace cargo de nada. “Tuvimos un problema de empleo” es su forma “elegante” para minimizar otro de los enormes dramas que deja. Todo lo pasa por el filtro de la excusa o el ninguneo. En consecuencia, jamás podrá enderezar nada. La única forma de solucionar un problema es aceptarlo como tal, pues como dijo Lavagna “Los errores que no se reconocen son errores que se repiten”.
Remarcando diferencias con los K, Macri cree que puede hablar desde otro lugar o que tiene la cola limpia. Ej: pregona la transparencia y respeto por las instituciones de su gobierno cuando, como le dijo claro Del Caño, firmó decretos para nombrar jueces de la Corte, para salvar a la familia de la estafa del Correo al Estado y para que blanqueen guita de los paraísos fiscales, y para endeudarnos con el FMI sin pasar por el Congreso. Sí claro, un demócrata intachable…

Macri cree que en su gestión no hay corrupción y manoteó para vice a un soldado de los 12 años de gobierno K (Pichetto), el mismo que, como le echó en cara Gómez Centurión, defendió los fueros de Cristina. O sea, eligió a un cómplice de lo que él considera lo peor de la historia. Eso sí es gente que comparte los mismos valores!!. Bien lo dijo Espert: “Tan distintos no son”.
 

Además, todo un símbolo, el gobierno tiene una oficina “anti corrupción” a cargo de una militante macrista (Laura Alonso).
Macri también se cree distinto por tener estadísticas y decir la verdad con el INDEC. ¿Y de qué sirve si no usa esos datos para solucionar los problemas?. Decir que “la mira de frente” cuando la pobreza no para de crecer es de un cinismo (o idiotismo) pasmoso.

A Macri le parece indignante que los K hablen de pobreza. Tal cual. Es taaaan indignante como que el presidente desde hace 4 años, o sea él, afirme que estamos “mejor parados” con un 40 % de pobreza, 55 de inflación y más de 10% de desempleo, entre otros “logros históricos”. Esos son para él los “cimientos sólidos para seguir creciendo”. Esa es su respuesta a “en qué tipo de país queremos vivir” que plantea como si fuera un modelo virtuoso...
 

De nuevo ¿cinismo o idiotismo?

 
Mención especial para la perlita necrológica.
“Es de mal gusto nombrar a alguien que ya no puede defenderse” le dijo Macri a a Fernández cuando éste mencionó aquellas declaraciones de Mauricio aún con el cadáver fresco de Franco… O sea, ahora le parece mal, cuando fue él, el propio hijo quien para despegarse de la parte negra de la herencia, admitió que su padre pagó coimas durante el kirchnerismo. Confesó bien clarito que fue parte del “sistema”. Hasta Clarín lo publicó en video.

 
Por último, Macri también derrapa cuando cree que lo envidian por su “éxito”… Decir que un espacio político que le saca 20 puntos de diferencia está nervioso por la marcha del obelisco es, como mínimo, sobredimensionar el autoengaño y quedar más expuesto ante el inminente sopapo.

De nuevo: ¿cinismo o idiotismo?

 
Ah, no quiero dejar pasar «la frase» del debate. Fue cuando Fernández le reclamó a Macri “Menos MARKETING y más seriedad”.  No me acostumbro a esta falacia instalada hasta en el señor que se jacta de haber educado y educar en la UBA. Pero hay que reconocer algo: Macri también es responsable de haber desvirtuado la imagen de esta profesión, reforzando en la opinión pública el prejuicio de que se trata de artilugios superficiales para engañar y/o manipular en pos de objetivos dudosos.
 
CONCLUSIÓN:
Si Fernández acusa de corrupción al gobierno de Macri y dice que puede hasta dar clases de “decencia”, al menos yo tengo claro desde qué lugar lo hace. Maneja la hipocresía a su conveniencia y con la “impunidad” que le da saberse ganador.
Ahora, cuando esto mismo sale de la “boquita” de Macri, no me doy cuenta. Por momentos me parece que dice lo que dice, como en el caso anterior, por una estrategia maquiavélica bien pensada. Pero muchas veces, tengo toda la impresión que a él y a su equipo no les da ni para eso. Que realmente viven en una burbuja sin saber lo que es un pobre ni de qué se trata ser presidente de una nación.

Sólo tengo una certeza: ya no hay tiempo de saberlo durante su mandato…


 
(El gato es de Pixabay.com)

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