En las profesiones creativas hay un clásico que se conoce como “el miedo a la hoja en blanco”. Una especie de parálisis o ansiedad que se da al enfrentarnos a un papel vacío con la fantasía de que no se nos va a ocurrir nada para llenarlo. Claro que muchos, lejos de achicarse, ven esto como una gran oportunidad para expresarse con total libertad. Fue el caso de los juninenses receptores de la «gratitud» del intendente Petrecca tras ganar en las últimas elecciones.
Vaya ironía…
Al gobierno de la nada, la nada le jugó en contra. Se la llenaron de puras verdades.
Mal asesorado en comunicación, es evidente que nadie le supo advertir a lo que se exponía con dejar semejante espacio disponible para el banquete de la Gestalt. Es que la famosa Ley de Cierre no perdona: nuestra mente completa el significado, es decir, genera los elementos que faltan para “redondear” el mensaje. Y acá no hizo falta el mínimo esfuerzo porque estaba muy claro.
La pregnancia gráfica tampoco lo ayudó. Pues la tendencia del inconsciente a simplificar nuestra percepción, potenció la «provocación» de la palabra 10 veces más que si hubiera estado en el contexto de una frase. Pero claro, había que pensar una frase y eso, ya sabemos, es demasiado pedir para los soldaditos duránbarbianos-peñanos… (qué feo suena) del garketing macrista.
Sin dudas, la dejó picando. Ese dar las gracias fue a modo personal, ubicándose en un “yo te doy las gracias”. El emisor no es la ciudad de Junín. El que habla es él. Entonces, y dadas las evidencias de su ambición económica, la lectura popular es: “Gracias porque me cambiaste la vida a mí, a mi familia y amigos, porque me dejás mantener este nivel 4 añitos más». Literal.
Y sí… servida para la enumeración de todo lo que “logró” en el primer mandato, empezando por la compra de una súper casa con todos los chiches. Aunque algunos lo quieran negar o contar de otra forma, es así. El que tiene un objetivo tan marcado con el “ascenso social” no lo puede ocultar. Siempre se le termina filtrando. Por eso, como dice el Lic. Rolón, a la gente hay que leerla en sus hechos más que en sus palabras. El que pregona austeridad pero hace lo que sea por llegar al poder y así acceder a bienes y privilegios que de otro modo no conseguiría (o le llevaría décadas y mucho sacrificio), no resiste análisis, ni en términos discursivos ni terapéuticos… Es como cuando habla de honestidad y en los carteles de la obra pública ves al socio de su propia iglesia o cuando te vende que es abierto y dialoguista pero te bloquea cuando no te puede contestar un par de preguntas pedorras sobre 2 cebras. Esa es la doble moral, la hipocresía y la mediocridad de espíritu de quienes leen el evangelio desde el jacuzzi…

Cuando al intendente se le ocurrió mandar a imprimir el GRACIAS gigante estaba mostrando su euforia por extender su oportunidad de “seguir haciendo” una fortuna fácil para él y su círculo más íntimo.
También, claro, por una cuestión de ego electoral (gané). Es la línea ombliguista de Macri, convocando él mismo a su propia despedida para que lo aplaudan, como si el país que deja (con inflación y pobreza record) fuera motivo de festejo…
Y a propósito, para terminar, no pierdo ocasión para seguir aclarando hasta el hartazgo el error conceptual que esta gente se encargó de alimentar. Incluso Fernández dijo que «llegaron con el marketing y se van con el marketing». Falso. Ninguna de las acciones que se le criticó a Cambiemos se encuadra dentro de la ciencia seria (como cualquier profesión), realista y empática en pos de generar verdadero valor para el consumidor como es el Marketing. Aunque jamás se hagan cargo, lo que hicieron fue vender espejitos de colores con la más bizarra superficialidad e insensibilidad por el otro. No creo que sea necesario un afiche en blanco para que complete la idea…

Las fotos de los carteles fueron tomados de la nota de Semanario de Junín:
http://semanariodejunin.com.ar/nota/9678/petrecca_le_agradecio_a_junin_pero_no_lo_perdonaron/