El 15 de marzo el presidente anunció en conferencia de prensa que los adultos mayores de 65 tendrían licencia y les pidió “que se queden en sus casas». Es más, hasta había que hacer una declaración jurada para poder ir a cuidarlos.
A los 20 días del relato, el desborde calamitoso que vimos ayer en los bancos para cobrar la jubilación. Creo que coincidimos todos: IMPERDONABLE.
Estoy segura que lo mismo le hubiera pasado a Macri y a cualquier funcionario. Es un clásico histórico que los viejos se usen como uno de los pilares de campaña y luego se los trate como a barbijo usado.
Demás está decir que me fastidian las incoherencias. En todo ámbito.
En marketing o comunicación, la incongruencia entre lo que se dice y hace puede ser un gran problema. De hecho, hace poquito, inauguré el nuevo formato de podcasts hablando de la importancia de generar marcas afines al producto y su naturaleza. Pero claro, cuando está involucrada la salud o el bienestar concreto de las personas, ya no alcanza con educar al que no sabe usar el sentido común. Porque lamentablemente, hay muchos casos donde el doble mensaje no es un error sino un mentado mecanismo para lograr ciertos objetivos. Entonces, bien merecen el dedito o la condena social.
Un claro ejemplo de estos días son los políticos promocionando que se bajan un porcentaje del sueldo para un fondo para alimentos y bla bla bla… Como si lo que cobraran no fuera ya algo excesivo en relación a lo que aportan al país!!. El único caso donde aún no aportando naaada (intelectual o incluso físicamente), cobran lo mismo. Y encima hay que aplaudirlos por la «gesta patriótica»…

La verdad no sé qué hacen «trabajando» en el estado cuando se les reee nota que la vocación es el servicio comunitario «ad honorem»…
En esa línea, los legisladores adhiriendo al “renunciamiento” de haberes cuando también se sabe que llegaron a sus cargos por la motivación opuesta, es decir, la ambición económica…
Entonces, que la “propaganda” pretendida sea “soy re solidario con el que más necesita” cuando la realidad es “tendré que comprar una plantita menos en Junín Cactus pero sólo porque no me la pueden traer”… es patético.
Ahora veamos que pasa en lo privado.
La empresa de electrodomésticos más grande de Junín, Naldo Lombardi, pivotea hace un par de años sobre su slogan “Un amigo de la casa”. Activo en las redes, y en medio de la emergencia sanitaria, muestra que nadie te va a cuidar mejor que un amigo. Más aún, convierte la empatía casi en un acto de abnegación diciendo: “Como amigos de tu casa, nos quedamos en la nuestra”.
Sin embargo, es vox populi que uno de los primeros en volver del exterior en plena pandemia y no cumplir la cuarentena fue el dueño de la empresa, Gustavo Lombardi. Es más, lo escracharon en Facebook por presentarse en el lugar de trabajo poniendo en riesgo a empleados y clientes. (Lo mismo que hizo la doctora Walker en el Sanatorio).

Lejos de aclarar tal situación o pedir disculpas, la “política” (nunca mejor dicho) de la empresa fue “dar el ejemplo” con un comunicado contaminado de palabrerío que, luego de conocerse la conducta del emisor, cae como estornudo en la cara del vecino.
“El avance de la pandemia exige el máximo compromiso y responsabilidad civil”
Capaz Lombardi dueño está hablando de otros y explicando por qué no es su caso… (Ah, qué buen chiste…).
“La salud de nuestros compatriotas está por encima de todo”
A ver, o se c— en los argentinos o bien cree que se volvió japonés… (Tanta foto abajo del sakura para no entender un soto la fragilidad de la vida…).
Encima declaró a la prensa que si bien NO lo habían controlado él siguió las recomendaciones igual. Una mentira marca Sony, Sanyo, Toshiba y Panasonic juntas.

Sí sí, muy creíble, se guardó aún sin que nadie se lo pidiera!. Qué ejemplar!!. En fin… Menos mal que el cinismo no es un virus contagioso…
O sea, hacerse el Dr. Tedros (presidente de la OMS) después de semejante inconsciencia y falta de respeto hacia el otro es como mínimo, visto desde la perspectiva que me incumbe, un acto de provocación al consumidor e insulto a las buenas prácticas publicitarias.
CONCLUSIÓN:
Hagas lo que hagas, si vas a prometer algo, asegurate que puedas cumplirlo.
El público está sobreinformado y tiene muy poca paciencia. Es cierto que hay negocios tan escalados que tienen espaldas para aguantar un sacudón. Pero también es cierto que desde el país más poderoso del mundo, Trump creyó que el Coronavirus no le movería el quincho y hoy tiene el récord de muertes diarias por COVID-19.
Nadie tiene la salud comprada. Ni la propia, ni la de su partido, ni la de su empresa. Por más fuerte e inmune que ésta parezca…