
Mayo del ’94 en Plaza Francia, Recoleta. Viaje de estudiantes de la carrera de Publicidad del ISPJ. (Gustavo es el de anteojos).
“Trabajo en la radio, pasamos música, de todo. Bueno, tampoco es que la gente llama y pide Pimpinela”, dijo ilustrando lo que por sentido común / gusto de la época sonaba improbable…
-“Yo te lo pediría”, acotó una entonces fan que 3 años más tarde hasta se ganaría un viaje a España con los ídolos insospechados en la FM Fortín Federación.
Así arrancamos nuestro diálogo en el primer día de clases cuando tuvimos que presentarnos entre los compañeros del curso de ingreso.
Marzo del ‘93. Él era Gustavo Tilot, un pibe que la tenía re clara con lo que quería hacer de su vida profesional y al que naturalmente adoptamos como líder. Yo, una apasionada por los comerciales que veía desde mi adolescencia marquera tratando de encontrarle el mejor lugar a mi rebeldía creativa. Ambos éramos parte de los 11 que nos habíamos anotado para la Tecnicatura Superior de Publicidad en el ISPJ.
De la anécdota de Pimpinela al cuento de Ray Bradbury con el que nos voló la cabeza Silvia Poggi. Así recuerdo esos días de tantos cambios, aprendizajes y ansiedades, algunos con mates y más anécdotas de por medio, haciendo los trabajos prácticos en la casa de Gustavo.
Éramos pocos y quizás por eso compartimos mucho.
En mayo del ’94, cursando 2° año, nos fuimos en combi a Capital. Era la 2° gran exposición de la industria publicitaria en la Rural de Palermo. Atesoro varias fotos de esa experiencia de bautismo con los eventos nacionales, donde además visitamos el Centro Cultural Recoleta y el flamante Buenos Aires Design (inaugurado hacía meses). El momento del banco es después del picnic que hicimos en Plaza Francia.
A mediados de ese mismo año, Gustavo nos dijo que quería abandonar, que se sentía muy cómodo con el grupo pero que lo suyo era LA RADIO. Fue un momento de crisis para todos, porque también nos enteramos que el convenio con la Universidad del Salvador que tenía el ISPJ para seguir la licenciatura era mentira… Como ya estábamos a mitad de camino, la mayoría decidió seguir hasta el final. Incluso tres empezamos a trabajar en la Pequeña antes de recibirnos. De hecho, muchas veces, nos tocó llevar a Radio Junín los textos que redactábamos y el mismo Gustavo nos grababa con especial atención. Y así lo seguimos viendo pero del otro lado. Siempre responsable, correcto, amable y las mil cualidades de las que pueden dar fe quienes lo conocieron.
Él se fue de Publicidad para seguir volando libre y cumpliendo su MISIÓN desde el lugar que lo hacía realmente FELIZ. Ahora también se fue. Y sólo espero que sea para lo mismo… Q.E.P.D. querido Gustavo.
PD: Hace “apenas” 26 años de ese viaje y hay 3 ex compañeros que ya no están. Mi recuerdo por siempre también para Gaby y Mary…