
Nos conviene darle otra oportunidad… Es eso o pasarnos al Horóscopo Maya (que tiene murciélagos) mientras esperamos el meteorito de punta de Nostradamus…
Según el horóscopo chino, el 2021 es el año del buey de oro, el trabajo y la familia. Podría contar que esos son los cimientos de mi gran nuevo desafío (que ya empezó…) pero adelanté algo en un post anterior y no sería original. También podría hacer un resumen de lo que fue atravesar una pandemia en mi primer año como huérfana (sin mis padres) y huérfila (sin mi hija Boxer)… Pero desistí, y no por evitar tristezas sino porque también repetiría lo del proyecto. Es que de lo difícil sólo rescaté fuerzas, aprendizaje y energía para lo que viene.
Y hablando de lo que tenemos por delante, después de quemarse con que 2020 sería un buen año para viajar… los astrólogos ya no quieren ni adivinar de qué color es la sangre del toro castrado (o sea, el buey). Por eso, Ludovica Squirru vaticina en su nuevo libro que los primeros meses serán “duros”. Pavada de poder predictivo en los últimos 100 años de este país… Ni Parravicini se atrevió a tanto “dibujando” el futuro de la crónica crisis argenta.
Además, cuenta que será un año para tomar las riendas de tu vida y no esperar que alguien te diga lo que tenés que hacer. Menos mal que lo dice Ludovica y no sólo Claudio María Domínguez en “Hacete Cargo”!!. Qué sería de la humanidad sin esta alerta inédita en la naturaleza de un vivir responsable… Ay Dios…
Y entre otras recomendaciones (posta que salió en Infobae), Ludovica menciona desconectarse de las redes sociales en octubre y noviembre. Será que ese bimestre no piensa pagar Fibertel…

A propósito, uno de los PLOMAZOS del 2020 fue sin dudas el garketing recontrarrequetemil invasivo de las telefónicas para que te cambies de compañía. Como tengo Personal, a mí me llamaron hasta el desquicio de Movistar. Somos nosotros los que tendríamos que denunciar en el INADI al call center de venezolanas que no sabe hacer un click donde dice “este cliente es imposible, no joderlo más!!!!!”. Mil veces les pedí que pongan una cruz, un “algo” que me borre de la base de datos. No entienden. Pasé por todo: dejar sonar, cortar, atender contestando con monosílabos incoherentes y pedir que dejen grabado que jamás volveré con ellos. Pero nada funcionó. Entonces un día opté por tomarles el pelo, igual que en los audios de “Gente Rota” de Gabriel Lucero. Por lo menos para divertirme: Ej: La venezolana: -¿Cuánto paga usted en su plan actual?. Yo (para descolocarla): –Ehh, debo estar pagando $ 300.
¿Y sabés qué?. Son tan truchos que me ofrecían planes por $ 290!!!. Engancharte “a cualquier precio” literal. Un insulto a la paciencia y la inteligencia. Patético Movistar.
Imaginate que yo encima venía de un episodio con Personal (por suerte resuelto) donde le habían vendido una línea a mi nombre a otra persona!. O sea, ni pedir DNI con tal de engrosar la lista.
Bueno, después de esta catarsis creo que tiene razón Ludovica. No sólo hay que desconectarse de las redes sino pegarles un tubazo pero por la cabeza a los cráneos que insisten con estas promos pedorras. Se pueden ir bien a LPQTP como el infectado 2020 que nos mandaron los wuhaneses de la repu— China a los que ojalá se les claven bien los cuernos del buey en el hor— óscopo.