Más que un monumento, todo un símbolo…

En otro momento ésta podría haber sido sólo una foto turística. Hoy representa mi proyecto más importante. El que guardé mucho tiempo en mis archivos de papel (y mi inconsciente) y que gracias a Dios, la pandemia, un par de eventos personales y los más de 8 planetas que se alinearon, hoy puedo concretar.

(También valdría la foto del Puente Viejo, como metáfora del paso de una etapa a otra llena de resignificaciones).

El destino elegido para Semana Santa fue precisamente eso. Un buscado punto de conexión con lo que viene…

Si querés chusmiar más ahura, leé lo que sigue. Si no, dispués te vas a enterar lo mesmo…

“Pa’ nuevos horizontes”…

Sabía que mis 25 años de profesión marcarían un antes y un después. Que tanto camino recorrido me tenía que dejar la experiencia suficiente para saber de qué modo quiero seguir con el marketing integrado a mi vida. Y claro está que eso era cada vez más ajuera del lugar común donde la mayoría hace más de lo mismo. (“Pa´l mesmo lao, como mula´e noria”). Mucho más lejos aún de la, lamentablemente, decadencia del mercado local. Me refiero a la ya insalvable brecha entre lo que es el Marketing como ciencia social y lo que tanto colegas como empresarios / comerciantes, y por distintos motivos, están dispuestos a aplicar. Hablo de la generalidad. Obvio que como en todo, y por suerte, hay excepciones!!.

Con el Covid eso quedó más en evidencia que nunca. En la “desesperada”, como decía mi viejo (*), se vieron (ven) manotazos, codazos y reacciones varias que no comparto ni avalo. («Arisca pa’ estos trotes»).

(*) Un personaje que para hablar mesturaba el criollo, el lunfardo y “la precisa” que le dieron sus 60 años de trajinar la calle comercial…

Sí, es cierto que la pandemia es una gran oportunidad para el crecimiento personal más allá de la actividad de cada uno. Pero es mentira que nos hizo mejores a todos. Como dice Pilar Sordo, quizás la cosa se divide en tercios: los que no cambiaron nada, los que aprovecharon para superarse y los que sacaron lo peor de lo que ya tenían…

Volviendo a mi rancho, llegó el momento ideal “Pa’ nuevos horizontes”, como describió el gran Florencio en su lámina alpargatera de 1940.

https://museolaslilas.org/

A propósito. Una de las visitas que más me gustó en San Antonio Areco fue el Museo de la Fundación Las Lilas que atesora las obras de Molina Campos (y su excelente sucesor Luis Medrano).

Un «pariéntesis» en el relato…

Acá bien vale un arrime al palenque.

Las Lilas es un museo muy “a la europea”, valga la paradoja, ya que es de lo más hermosamente criollo que haya visto por nuestra pampa. La galería con la colección completa realizada en acuarelas y témperas, una sala de carruajes antiguos y otra con la recreación de escenas emblemáticas de Alpargatas (ej: la pulpería) protagonizadas por el paisano Tiléforo Areco, su familia y demases. Todos personajes corpóreos creados por el artisto Fernando Pugliese (el mismo de Tierra Santa, de Olmedo y Portales en calle Corrientes y de esculturas hiperrealistas que van desde Yupanqui hasta Trump).

Además, Las Lilas tiene una pintoresca fuente central en el patio (donde casi todo en Areco tiene un aljibe) y hasta una tienda para comprar merchandising. Sí, obvio que debiera existir alguna equivalencia lingüística derivada de mercachifle…

Como Capital Nacional de la Tradición, Areco también es cuna de sogueros y plateros como el talentoso clan Dragui.

Y acá enlazo otra vez con el tema de la nota…

“Como si juera endeveraj”…

Mirá cómo será la debacle de la comunicación en Junín (incluyo publicidad, marketing, diseño y prensa) que “por plata” hasta metieron a Pallarols en el medio…

Uno de los últimos episodios fue una truchada machaza. Hablo del diseñador que lo más campante y muy orondo se adjudica la creación del logo D10S de Maradona. Sí, el mismo logo que inventó la iglesia maradoniana de Rosario y al que él (gran vendedor d’ espejitos y colorinchos) le cambió la tipografía. Tan legítimo como si cualquiera de nosotros escribe Coca Cola con otra letra, se lo registra y encima intenta vender sombrillas para el propio bolsillo sin que Coca se entere… Cosa bárbara!

Güeno, la cosa jue que no conforme con eso, el más mentiroso que vieja culandrera (y de cara más dura que la escultura de Tiléforo Areco) redobló la apuesta inventando que el autor de los bastones presidenciales le pidió permiso para tallar “su” logo!!. Imaginate al orfebre más prestigioso de la Argentina parando el cincel para decir: “Ah no, antes tengo que preguntarle al Juani de Junín”. Mansito!. No se lo hacés creer ni a don Segundo Ramírez después de 6 fondos blancos de caña en La Blanqueada.

Te juro que esto salió publicado hasta en tapa… Para la truchada no hay límites.

Un golpe de impacto que dura lo que un rejucilo (la lectura de un titular) y que absolutamente nadie se encargará de chequear entre el tsunami de información al que estamos expuestos. Por eso tienen cabida estos malandras.

Según los especialistas, psicológicamente hay perfiles que arremeten como sea. Aún descubiertos y quedando en ridículo. No les importa, “talvezmente” porque se creen su propia fantasía o les alcanza con que les crea un grupete de gringos zonzos… No tienen límites y son tan “profundos” que sólo buscan un like en sus redes sociales (mientras se echan unos amargos con el Stanley verdolaga…).

No gracia!, te lo osequio…

Siempre pienso: menos mal que no agarré viaje cuando desde la Asociación Argentina de Marketing me propusieron crear una representación en Junín. El papelón que me hubieran hecho pasar esta clase de «beyacos»!!. Gestionar mediocridad es cinchar al cuete y golverse loco´e la cabeza!!.

En su momento expliqué que aquí no había potencial (léase profesionales en cantidad y calidad suficiente) para cumplir con el propósito de difundir las buenas prácticas. No me equivoqué. Es más, varias veces tuve que devolver entradas (que eran gratis!) porque no conseguía que al menos 3 me acompañaran en los viajes de capacitación al máximo congreso anual de capacitación. Una vergüenza. Tuve que terminar invitando a estudiantes de Buenos Aires. (“Náide lo quedrá crér, pero jué ansina, domaj!”).

Como ya conté, mi premisa fue recortarme hasta con tijera de tuzar sin filo. Porque si algo es coherente con un publicista es marcar la diferencia. Si estás en el montón o entreverao en la cómoda, no aportás ningún valor, ni para vos ni para el resto.

Hace unos días leí un tweet de Kastika (gran referente creativo) que, tomando palabras de un pionero, decía que los innovadores buscan lo diferente y no temen sentirse una “minoría de uno”. Me siento identificada. Nunca me frenó estar “sola” en esto de tener una participación activa en la Asociación de Marketing o incluso, decir lo que hay que decir en pos de no naturalizar vicios y chanchurrias. Al contrario, la inacción y el silencio de muchos me confirmó que no hay voluntad de generar una comunidad en pos de una profesión comprometida con su verdadero sentido. Acá es “me junto con el que me conviene, hago lo que me conviene, digo lo que me conviene, callo o tapo lo que me conviene” y etc etc.

Lo que son las cosas!…

Por citar uno de los últimos casos. Alguien que hasta fue funcional a un escandaloso plagio municipal (“loj agarré como a chorlitoj”) creó un grupo virtual de colegas con el supuesto fin de compartir contenidos y «análisis» y todo lo que queda políticamente correcto… Sólo discurso. O promoción encubierta de algo… Raaaro. En un grupo de más de 200 miembros nunca se abrió debate sobre el mínimo tema (raro que un grupo de “expertos” no tenga nada para decir más que compartir links sobre noticias que todos podemos encontrar en la web…).

Es más, cuando publiqué el caso del logo de Maradona (tremendo disparador que involucra a la marca más famosa del mundo!) no sólo no se emitió opinión sino que un par atinó a matar al mensajero y directamente se dio de baja el grupo!!!. Salieron como barrilete sin cola sin decir ni mu. No hace falta que lo diga Doña Rudercinda. Es lo que se ve. En fin, otro ejemplo del corporativismo cómplice del “uno para todos y todos para uno” y “hoy por ti mañana por mí”.

Así actuaron algunos «colegas» cuando publiqué el caso de la truchada local con el logo de Maradona. Cuando algo no les gusta o afecta sus intereses, optan por meter la cabeza en la vizcacheraIngenua censura en tiempos digitales donde nada se puede ocultar. Corporativismo y cobardía a la luz de todos…

Parece que a casi nadie le interesa cuidar la imagen del Marketing de quienes tanto daño le hacen. En otras profesiones hay colegios donde se denuncian las malas praxis o al menos sacan solicitadas sentando posición. Puse el ejemplo de los escritores cuando se unieron para repudiar el plagio de una colega que choreó un párrafo completo de otro autor para firmar una editorial sobre el populismo.

Pero insisto. NO es propiedad exclusiva del Marketing. En la política, en la docencia y en las instituciones en general se nivela para abajo. Bien sabemos que ignorancia y tilinguería son la pior yunta en cualquier rubro.

La mayoría busca el propio rédito sin importar si para eso hay que hacer la vista gorda. Pa’ colmo, cualquier corajudo pretende ser asesor, orador, influencer o profesor (“se dan ínfulas d´entendido”). Ni hablar en las redes sociales donde algunos creen que te avala el sólo hecho de conocer cómo se maneja un iPhone. Que se dicen comunicadores o consultores de imagen y escriben mal hasta su tarjeta de presentación!.

Hablando de escribir mal… Es tal la decadencia que en algunos diarios locales pegan estos barquinazos…

¿Debate sobre una única forma correcta?. Impresentables. Y ocurre a «diario».
Uno de los tantos «horrores» ortográficos (no son fallos de tipeo) que descubre también a diario un periodista local.

Más brutos que picapiedras criollos. Para meterlos en una olla de cobre y no precisamente para hacer chocolate… Con perdón de Areco y el maestro Güiraldes: too much…

CONCLUSIÓN:

Después de “un cuarto de siglo” dedicada a la Publicidad y el Marketing por vocación, pasión y formación, decidí quedarme todo ese aprendizaje para mí… Porque hay cosas que no se negocian ni en la peor de las épocas. (“Como que me yamo Areco, y tengo fama ‘e cumplidor”).

El contexto del 2020 me terminó de convencer. Es decir, mientras la pandemia aceleró el empobrecimiento de valores y el “vale todo con tal de”, yo decidí ir por otro lado. Puse mis ideas, mi tiempo y mis recursos en un proyecto bien real, humano y genuino. No quiero adelantar más por el momento. La gente que me conoce ya me ve desde hace meses “despuntando ‘l vicio” por el terruño…

Porque en definitiva, y como bien dijo Peteco, estaba donde nací lo que buscaba por ahí…

“De güelt’al pago”, remató Areco tranquiando en su picazo…

Pistas: no dejo el Marketing (ni en curda). No me voy a vivir a San Antonio de Areco ni me vuelvo a Morse.